11 de enero de 2008

El proyecto “Querer”, nació bajo la observación de Renato Núñez, sobre las situaciones que se dan en “no lugares”, como por ejemplo un ascensor. Y es Aquí donde se desarrolla nuestra historia, la cual estuvo repleta de problemas para su realización, pero según mi parecer y un vistazo a priori del resultado final, creo poder decir que el resultado es el esperado y que a pesar de todos los inconvenientes el trabajo salio adelante aunque lo vi tambalear en innumerables ocasiones.

La idea estaba clara desde el principio, se trataba de un joven que es incapaz de demostrar sus sentimientos (o instintos) para con una mujer de talvez su misma edad que habita en el mismo edificio que él. Debido a esta incapacidad actúa “extraño” y se deja llevar por sus pasiones, mediante los más puros sentidos como lo son el olfato por ejemplo.

Pues bien, ¿Cuándo y donde empezaron las dificultades? Según mi parecer, esto comienza debido a las terribles fechas designadas para los rodajes, cuestión que no tiene sentido tratar, pues si buscáramos al culpable deberíamos remontarnos a las nefastas reformas universitarias de Pinochet y de la Concertación. En nuestro caso, correspondieron a los días 26, 27 y 28. Fechas de particular euforia debido a la navidad del Señor, fiesta que mantiene a todo el mundo comprando por razones idiotas, también estaban los carnavales culturales y se aproximaba a pasos agigantados el Año Nuevo. Sin buscar justificaciones, debo mencionar que la distancia fue un factor determinante para nuestra falta de comunicación como grupo, pues todos estábamos dispersos por distintas partes de Chile y estando aquí la falta de comunicación prosiguió por la falta de recursos (dinero para llamar por celular e Internet en algunos casos).En consecuencia todo esto suma, la falta de comunicación, las pésimas fechas para realizar preproducción etc.
Ya en rodaje, las complicaciones surgieron debido a que se nos quito de locación, errores de producción existieron muchísimos, no asegurarme por mi mismo de cómo iban funcionando las cosas entre otros fue mi mayor error. Pero cuando por fin logramos comenzar a rodar, considero que el equipo funciono bien, nos volvió el alma a casi todos y recuperamos las ganas d e seguir trabajando. El grupo dio lo mejor de si, las “órdenes” para múltiples tareas fueron bien recibidas y todo entre nosotros funciono, a pesar de que hubo que lidiar con funcionarios tediosos y hostiles, finalmente todo confluyo en un ambiente óptimo, llevando a buen puerto nuestro trabajo y finalmente concluyo y reafirmo que lo realmente bueno e importante tiene que costar.

Luis San Martín

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